Mente Sana en Cuerpo Sano.
La gimnasia física y la gimnasia cerebral tienen mucho en común. Ambas son actividades que buscan mejorar el rendimiento y la salud de una parte del cuerpo: los músculos en el caso de la primera, y el cerebro en el caso de la segunda. Así como la gimnasia física fortalece, tonifica y flexibiliza los músculos, la gimnasia cerebral estimula, agiliza y potencia las funciones cognitivas. Ambas requieren de constancia, disciplina y variedad para obtener los mejores resultados. La gimnasia física y la gimnasia cerebral también comparten beneficios, como el aumento de la autoestima, la prevención de enfermedades, el alivio del estrés y la mejora de la calidad de vida.
La gimnasia cerebral es un conjunto de ejercicios que estimulan las funciones cognitivas, como la memoria, la atención, la concentración, el razonamiento y la creatividad. Estos ejercicios se basan en la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro de adaptarse y cambiar ante los estímulos del entorno. La gimnasia cerebral puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, a mejorar el rendimiento académico y laboral, y a potenciar el bienestar emocional, favorece la creatividad y la resolución de problemas.Se recomienda practicarlos al menos 15 minutos al día. La gimnasia cerebral no solo beneficia al cerebro, sino también al estado de ánimo y a la autoestima de las personas mayores, ya que les permite sentirse activos, útiles y capaces de afrontar los retos de la vida.Se aplica tanto a personas sanas que quieren prevenir el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento, como a personas que sufren algún tipo de trastorno neurológico o psiquiátrico que afecta a su cognición, como el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis múltiple o la depresión. Está puede realizarse de forma individual o grupal, en contextos clínicos o domiciliarios, y con la ayuda de profesionales especializados o de familiares y cuidadores.